Ai Yori Aoshi

Kaoru Hanabishi, un estudiante universitario que vive solo, conoció a una hermosa pero desconcertada chica vestida con un kimono en una estación de tren. Se ofreció a guiarla hacia la dirección que estaba buscando, que resultaba estar en su vecindario, pero resultó ser un terreno vacío. Sin saber qué hacer a continuación, Kaoru invitó a la devastada chica a su departamento y le pidió más pistas sobre su destino. Ella le mostró una foto de dos niños que Kaoru identificó de inmediato como él mismo y Aoi Sakuraba, su amiga de la infancia. Resultó que la chica frente a él era Aoi Sakuraba, su prometida que había venido hasta Tokio para casarse con él. Su revelación no solo fue sorprendente, sino que también recordó la parte más profunda de la memoria de Kaoru sobre por qué dejó a la familia Hanabishi en primer lugar.